Súper poderes de 5 minutos
El otro día, por la noche, cuando conseguimos acostar a los niños, estuvimos viendo una película en Netflix. Quizá la hayas visto.
Se tomaban una pastilla y desarrollaban súper poderes.
La verdad que la idea así vista mola.
La parte negativa era que no elegían el súper poder, bueno, también podían explotar, pero vamos a quedarnos con que no podían elegir el súper poder.
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Y pensé, otras! ¿Y si esa pastilla fuera la educación?
Al final el súper poder sólo duraba 5 minutos y la educación, dura bastante más.
Además, con una buena educación también se desarrollan súper poderes.
El asombro sería uno de ellos.
Unos niños, saludando cuando se cruzan con alguien, abriendo la puerta y cediendo el paso a una persona mayor y el ¡elemento sorpresa! LA SONRISA. Sonreír es la caña, tiene un poder contagioso muy fuerte.
Estoy convencida que haciendo estas cosas, despertarían el asombro al instante en todos los demás, y sobre todo daría en que pensar.
La tolerancia sería sin duda, otro súper poder.
Imaginaros a un niño andando por la calle súper feliz con su traje de princesa. Pero no una cualquiera, Elsa de Frozen!
Vale, ¿estás en situación?
Ahora piensa, en vez de como le ve todo el mundo, como se siente él.
Seguro que le encanta Frozen, ha visto la película con su hermana mayor muchas veces, se ha disfrazado en casa otras tantas, han construido castillos de hielo y dado vida a infinidad de Olafs, y a él le hace súper feliz salir a la calle con él puesto.
¿A ti te importa que lo lleve?
Pues eso, nosotros hacemos trajes con súper poderes, que duran toda la vida.
Las pastillitas de 5 minutos con final sorpresa, las dejamos para las películas.